Resulta realmente difícil hacer una reseña acerca de un disco tan profunda y dolorosamente misterioso como es este Untrue de el no menos misterioso Burial, nombre tras el cual se esconde una especie de geniecillo de las mezclas llamado William Bevan.
En términos generales estamos ante un disco de algo muy similar al trance pero enmarcado de una forma tan extraña que se aleja de cualquier catalogación posible.
En ocasiones las voces que aparecen parecen psicofonías extraídas de cualquiera de esos programas de misterio que están tan de moda, dándole al conjunto total un aura ciertamente inquietante que acaba muriendo en la sosegada calma que produce su escucha. Porque, aunque se trata de un disco complejísimo y difícil, la sencillez parece que está siempre presente aunque esté ausente.Y no es una forma economica de reducir la complejidad malsana que aguarda bajo el umbral de la portada. Simplemente estamos ante la posibilidad de una música sencilla y necesariamente trascendente. Una isla aguardando en mitad del mar de las dudas, un descuido del Dios encargado de la desfachatez. Es díficil mostrar en negro sobre blanco lo que en particular resulta solo audible, solo sensorial.
Los conceptos de lo que debería ser un disco se quedan cortos para el bizarro e inquietante viaje que aguarda al oyente de UNTRUE, entre otras cosas, porque lo que pertenece al infinito solo puede ser entendido bajo el aura de la eternidad. Los parámetros no son exactos y estamos en un mundo construido con las matemáticas...
Cualquier cosa que diga de ahora en adelante puede ser interpretado como pura propaganda, los fantasmas me han vencido, la verdad sobre el otro mundo se asoma... y se oculta.
miércoles, 30 de junio de 2010
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