miércoles, 21 de abril de 2010

PRODIGY. The Fat Of The Land (Grabado entre 1996 Y 1997)

Librarse del espantajo del prejuicio resulta complicado cuando se trata de la música electrónica o de baile. Casi siempre este estilo se ha asociado al chumba-chumba más primario, a ese escenario de cubateo y caspa donde las pringosas pistas de baile se llenan de espíritus alterados artificialmente. La mayoría de las veces la asociación es acertada. Sin embargo, como si unos valerosos galos rodeados de romanos se tratara, en las entrañas de Londres un pequeño grupo de irreductibles neo punks dieron con una fórmula irresistible que cambió el panorama de los clubs nocturnos para siempre. The Prodigy consiguió con The Fat Of The Land encontrar un sonido que era sencillamente el apropiado para su época. A un suspiro del nuevo milenio estos ingleses añadieron un punto de agresividad y actitud contestaria que no tenía precedentes en lo que se suponía un estilo en el primaban lo sencillo y lo vacuo. El fuego se extendió y poco a poco todas y cada una de las pistas del mundo en las que sonaba música electrónica abrazaron al pirómano. El resto como suele decirse es historia. Resulta misterioso y a la vez fascinante comprobar cómo en discos anteriores la fórmula había sido risoria y en los posteriores inexacta. Este que nos ocupa está en su punto justo de maduración, contiene los hits necesarios y la urgencia que solo podía ser entendida en su época. A la esencia misma del nightclubbing le salió un hijo tan rebelde y tan aseado, que hoy día puede seguir pidiendo cubatas en cualquier tugurio con dj residente y seguir pareciendo un chaval de veinte años con un montón de cerillas en los bolsillos.

miércoles, 14 de abril de 2010

ALI FARKA TOURÉ Y RY COODER. Talking Timbuktu. (Grabado en 1993)

Resulta algo realmente extraño estar escuchando un disco del que no puedes sacar ni una palabra, ni un solo siginicado traducible a tu propio idioma y, sin embargo, saber perfectamente por donde van los tiros.
Lo recomendable en cualquier caso es disponer de toda la información para poder juzgar, pero en algunas ocasiones la piel de gallina es la muestra evidente de que las traducciones sobran. El punto de partida para que esto ocurra es la humildad desarmante. Ry Cooder, un as de la guitarra como quedan pocos, destapa las esencias y rasguea su guitarra con pinceladas que adornan y completan. Touré hace lo que sabe y desde donde sabe. Como base la coherencia, la honestidad y la simpleza de sus dedos campesinos que rasgan esos extraños instrumentos de cuerda que parecen guitarras y quizá lo sean. Se experimenta, se comparte, se prueba y después se descarta. Y cuando nos queramos dar cuenta estaremos escuchando a un genio del blues afincado en el Delta del Mississippi acompañado de su banda ¿Será verdad entonces la leyenda? ¿Todo proviene de Africa? Es posible. Pero por el camino se han perdido esencias, se han prostituido razones y se han olvidado actitudes. La música que hicieron estos dos hombres en este disco es una muestra de que la verdad universal existe.En un viaje casi sideral, se nos aparecen las calles de la patria chica de Touré, el verdadero corazón latente de unas gentes que despliegan felicidad cuando hay hambre y que son capaces de dar sin tener. Los lenguajes se reducen a cenizas y a uno se le pasa el tiempo imaginando lo que debe ser mirar a los ojos de un desconocido que no comparte contigo ni la raza y estar en plena sintonía con él. Más que otra cosa TALKING TIMBUKTU es una buena prueba de todo aquello que podemos conseguir como personas si nos acercamos a los otros con humildad. Ry Cooder y el malogrado Ali Farka lo dejaron claro; aquí no hay nadie mejor que nadie.

HANK III. Straight To Hell. (Grabado entre Diciembre de 2004 y Enero de 2005)


Hank III es el nieto outsider de Hank Williams. Si consideramos que Hank Williams ya estaba de por sí lo suficientemente descarriado como para morir a la edad de treinta años la cosa se pone peliaguda.
Pero vayamos por partes y primero presentemos al abuelo antes de llegar al nieto. Hank Williams(el abuelo) fué un músico de country pionero en lo que a popularidad se refiere llegando a convertirse en una auténtica leyenda a muy temprana edad. Al morir su padre Hank Williams II(hijo de H.W.I) se convirtió en un músico mucho más dotado que su antecesor pero menos capacitado para llegar a la gente. Si bien se hizo respetar en el correoso y siempre exigente mundo del country nunca llegó ni de lejos a las cotas alcanzadas por su progenitor. En esas apareció Hank Williams III(nieto de H.W.I y personaje que nos ocupa) un fulano difícil de encasillar pero que sin lugar a dudas representa como nadie la rebeldía en estado puro. Peleado de por vida con su compañía discográfica por introducir temáticas y lenguaje explicitos en sus canciones, se ha dedicado durante años a mostrar con pelos y señales todo lo peor que uno puede encontrarse en Estados Unidos. Para la comunidad del cinturón de la Biblia la aparición de Hank III fué como tener al enemigo en casa. Nunca antes un sureño había utilizado tanta mierda arrojadiza, nunca antes se había escuchado un disco ajeno al rap que fuera tan explícito y tan polémico. Nunca antes un disco de country había tenido la pegatina de aviso parental en su portada.
Las letras de Williams hablan de drogas y sexo, hablan de lo podrido que está todo, de emborracharse, de paletos que quieren tirarse a una cabra y maravillas por el estilo. Pero en el subtexto vemos la marca de todo aquello que ha sido leyenda y pierde su brillo y se vuelve amarillento. Vemos lejanamente la sombra de su abuelo, un borracho histórico, un hombre de campo que no supo encajar la fama. Un malnacido de bar que pega manotazos en los culos de las camareras, que escupe, que gruñe y que cuando muere va derechito al infierno.