
Bowie destacó siempre como un tipo demasiado independiente como para hacer caso de la moda o los esteriotipos mostrando un individualismo feroz que lo llevó a consolidarse como un estilo personificado. He aquí un ejemplo más.
Lo mejor de Aladdin Sane es el ambiente distendido y la crudeza rock que desprenden sus canciones. Las temáticas de sus letras son difíciles de descifrar pero, por encima de la barrera de esperpentos, brilla la preocupación por el futuro y la vida en las ciudades. Un personaje como este que siempre se nutrió de la respiración nocturna y la rebeldía juvenil no podía presentar cuatro cancioncillas de amor y esperar los pasmos del respetable. Para conseguir ser Bowie, hay que ser marciano y visceral, ser un pasota que mira de reojo la fama entre sorprendido y altivo. Ser Bowie, el Bowie de este disco, significa que eres conocedor de todos los registros y cada una de las antesalas que hicieron del rock la fotografía perfecta del siglo XX.
3 comentarios:
Este no era el de la pelicula del laverinto? aquella tan antigua? esta gente sigue viva? joé jejejeje
todo un mito este Bowie....!!!!
bueno tu ya sabes que soy admirador del Glam.....!!!
saludos Brother...:!!!
Jordi B
...Y eso por no mencionar el juego de palabras forzado del título.
"Aladdin sane"="A lad insane","Un chico que está loco".
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